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miércoles, 30 de abril de 2008

Estado de ánimo y obesidad en los niños

Un estudio de la Universidad de Cornell, en Nueva York, encontró que el 25 por ciento, o sea una de cada 4 personas que consulta al médico para bajar de peso en una clínica para el tratamiento de obesidad, padece de depresión. Lo interesante es que, en vez de reconocer que en muchos casos la depresión pudo haber desencadenado el comer de más y el subir de peso, muchas personas piensan que su angustia y su depresión se deben al sobrepeso. La buena noticia es que muchas veces el tratamiento con terapia psicológica y a veces con medicinas, puede ayudar a corregir la depresión y, con ello, el problema del peso debido a trastornos en la alimentación.

Dos problemas muy relacionados

Si su niño tiene problemas de comportamiento, aumenta su riesgo de ser obeso. Se calcula que uno de cada 5 niños en Estados Unidos entre los 6 y los 11 años de edad, está en sobrepeso, pero de acuerdo con un nuevo estudio pulicado en la revista "Pediatrics", el número de niños en sobrepeso o francamente obesos es mayor en los niños que tienen problemas emocionales.

El estudio encabezado por la Dra. Julie Lumeng se realizó en los departamentos de pediatría de la Universidad de Michigan en Ann Arbor y de la Universidad de Boston e incluyó a 755 niños que tenían entre ocho y once años de edad.

Los participantes se sometieron a una prueba psicológica que determinó que los niños tenían problemas de comportamiento clínicamente importantes. Para determinar el grado de sobrepeso, se utilizaron tablas.

Además de la obesidad y los problemas en el comportamiento, las comparaciones incluyeron factores como el sexo, la raza, el uso de medicamentos que influyen en el comportamiento, el historial académico y las horas que pasaban los niños viendo la televisión.

También se evaluaron factores familiares como la obesidad materna, si fumaba, si estaba casada, su nivel de educación, si tenía síntomas de depresión y el nivel de pobreza en la familia.

Obviamente era importante saber hasta qué grado estos factores contribuían a la obesidad del pequeñín. Los investigadores encontraron que los problemas de comportamiento se asociaban al sobrepeso o a la obesidad del niño, independientemente de los otros factores. O sea que mientras el 21 por ciento de los niños con problemas de comportamiento eran obesos, sólo el 11 por ciento de los niños obesos tenían problemas de comportamiento.

Esta relación se observó en el subgrupo de niños que habían tenido un peso normal, pero que a medida que aumentaron sus problemas de comportamiento, subieron de peso.

Obviamente que hay más niños obesos que niños con problemas serios de comportamiento. El estudio únicamente subraya que es importante que los padres, los maestros y los médicos estén alertas a la presencia de problemas en el comportamiento en niños que están en sobrepeso.

Aunque no fue el objetivo del estudio, sería factible que ayudando a corregir los problemas de comportamiento, se ayudara, al menos parcialmente, con el sobrepeso.

Desde luego que en ningún momento debe de hacerse a un lado la importancia de una alimentación sana acompañada del ejercicio, que en los niños puede ser: desde un juego de pelota, hasta salir a caminar con la familia o a pasear a la mascota.

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